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En una empresa organizada y seria, las personas que la conforman tienen la oportunidad de participar identificando ideas que tengan un alto potencial, señalar las debilidades de otra idea y, cómo no, planteando las suyas propias. No hay dudas de que es un aspecto esencial y crucial en las plataformas de innovación modernas. Y las mejores ideas siempre vendrán de las personas más preparadas, aquellas con un Máster en MBA-MBI.

 

Los buenos comentarios o cualquier opinión sobre una idea son útiles, especialmente durante el momento de la concepción. Sin embargo, surge otro cuestionamiento más importante. ¿Cuáles son los comentarios útiles que te gustaría recibir con respecto a tu idea? 

• Aquellos que proporcionan detalles e información adicional para sustentar la idea o complementarla donde haya cabos sueltos.
• Observaciones generales. Por ejemplo, cuando una idea no se adecúe correctamente al modelo de trabajo en un punto específico. Otra posibilidad es que un competidor ya se encuentre trabajando para conseguir una solución exactamente igual.
• Conexiones con otras ideas o soluciones ya existentes, bien sean de dentro o fuera de la empresa misma. Esto incluye también a personas con experiencia en el campo que pudieran involucrarse en la discusión.
• Comentarios sobre los riesgos y debilidades también son altamente valiosos. Los aportes sobre cómo indicar los problemas y riesgos que impedirán la aplicación total de la idea son imprescindibles.   

 

Sin embargo, también es normal que se escuchen comentarios de menos valor y utilidad. Un esta idea está genial o representa un gran riesgo, o incluso, ya hemos intentado eso antes, no aportan casi nada. Un comentario positivo no pasará de una simple aprobación.

 Por otro lado, los comentarios negativos tampoco son muy agradables ni constructivos, pudiendo llegar a ser, incluso, ofensivos. No aportan una solución alternativa. No contribuyen en nada.

 ¿Quiere decir que es mejor no recibir ningún comentario en lugar de uno de escaso valor? Por supuesto que no. De hecho, algún comentario de esos improductivos podríamos exprimirlo hasta que se convierta en uno más útil. Por ejemplo, el típico esto no va a funcionar deja la puerta abierta a que podamos preguntarle el por qué. Así se involucrará en la discusión. De este modo, esa persona explicará los motivos de su afirmación o a qué se debe el escepticismo.

 

¿Cuán importante es realmente discutir en grupo sobre nuevas ideas

1. Las ideas empiezan a coger forma, empiezan a madurar. Sin embargo, va a depender bastante del tamaño de la audiencia, del número de participantes. Mientras más, mejor, porque surgirá de todo tipo de comentarios durante la discusión.

 

Una variedad amplia de personas que aporten opiniones distintas, perspectivas, puntos de vista y experiencias aumenta visiblemente la interacción de la discusión y que la idea vaya madurando.

2. Cuando una idea es expuesta y todos aportan sus comentarios, sugerencias y experiencias, la idea se vuelve más digerible, se procesa más eficientemente.

 Cuando se trata de tomar la decisión definitiva, de apostar o no por una idea, es obligatorio haber recogido suficiente información y argumentos. Mientras sea más abundante, entonces las posibilidades de tomar la decisión correcta son mayores.

 ¿Por qué? Porque la información identificará los inconvenientes, los riesgos y pérdidas dramáticas de capital. Todo eso le costaría muchísimo a la empresa.

 

¿Quiénes integran una buena discusión?

 Una discusión que llegará a un final exitoso no es otra sino aquella cuyos participantes hagan sus contribuciones. De hecho, es necesario que cada uno de ellos asuma un rol que recolecte los comentarios clave y más destacados.

1. 1. El creativo. Ese que siempre muestra un fuerte interés en explorar nuevas posibilidades. Lo atraen las nuevas tecnologías y las innovaciones en el modelo de negocio. No le faltarán ideas de cómo implementar un proyecto a la organización. 
   2. El preguntón. A pesar de que suele ser un personaje ligeramente fastidioso y que disminuye el entusiasmo, no deja de ser importante. Siempre miran las ideas de cerca, hace preguntas y es muy bueno para encontrar los riesgos y debilidades. Sus cuestionamientos desarrollan la idea o identifica alternativas más viables. 

 

• El ayudante. Aporta experiencia. Suele encontrar los elementos faltantes y los pequeños detalles para sacar una idea adelante. Siempre tiene a la mano personas y recursos que sean de beneficio y aporte. 

• El ejecutor. Es el más pragmático de todos. Sus aportes están más enfocados en conseguir lo esencial para que una idea empiece a materializarse y se haga una realidad. 

 

 

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