Innovación y Latinoamérica
El Índice Global de Innovación (GII, por sus siglas en inglés) es un indicador que permite determinar las capacidades y los resultados en materia de innovación de las economías mundiales. Este índice lo realiza de forma conjunta la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), la Universidad de Cornell y la escuela de negocios INSEAD.
El Índice Global de Innovación (GII, por sus siglas en inglés) es un indicador que permite determinar las capacidades y los resultados en materia de innovación de las economías mundiales. Este índice lo realiza de forma conjunta la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), la Universidad de Cornell y la escuela de negocios INSEAD.
El índice evalúa dos grupos de indicadores: indicadores de entrada (insumos) e indicadores de salida (resultados). En el primer grupo, se evalúan las instituciones, el capital humano e investigación, infraestructura, sofisticación del mercado y sofisticación de negocios. En el segundo grupo, se analizan los resultados en términos de producción de conocimiento y tecnología, y producción creativa. La relación entre estos dos índices se denomina razón de eficiencia, la cual expresa qué tan eficiente es un país en la generación de innovación teniendo en cuenta la calidad y cantidad de los insumos empleados.
Aunque hace años la adopción de políticas de innovación se reservaba a las economías con mayores ingresos, actualmente tanto las economías desarrolladas con las en vías de desarrollo han colocado a la innovación como un factor importante a tener en cuenta a la hora de impulsar su desarrollo económico y social.
En el informe de 2019 se ha detectado una disminución en el nivel y velocidad de la innovación y una adopción desigual de la innovación por parte de las economías mundiales.
A nivel mundial, Suiza continúa siendo el país más innovador, seguido por Suecia, Estados Unidos, Reino Unido, Países Bajos, Finlandia, Dinamarca, Singapur, Alemania e Israel.
Los países latinoamericanos se sitúan mayoritariamente en la horquilla de puestos que van desde el cincuenta al cien, siendo chile quien lidera el grupo (en la posición 51), seguido por Costa Rica (55), México (56), Brasil (66), Colombia (67), Perú (68) y Argentina (73). Las últimas posiciones de la región las ocupan Panamá (75), República Dominicana (87), Trinidad y Tobago (91), Paraguay (95) y Ecuador (99).
El informe ha detectado que a pesar de que las economías de la región han experimentado mejoras incrementales e iniciativas alentadoras, no hay signos claros de despegue de la innovación.
Según el GII “el potencial de innovación en la región permanece, en gran medida, sin explotar”.
El primer puesto de los tres países con mayor índice de innovación lo ocupa Chile, que continúa liderándolo por cuarto año consecutivo, ocupando en 2019 el puesto 51, aunque con un receso respecto al año pasado (cuando ocupaba el puesto 47). Tiene rankings en los primeros 50 puestos en tres pilares:
- Instituciones (39), ya que ha realizado un mayor gasto en educación, aumentando la financiación por alumno y la esperanza de vida escolar.
- Infraestructura (50)·
- Y sofisticación del mercado (49)
Y también muestra unas mejoras en Capital humano e investigación (57).
Como debilidades de la economía chilena podemos mencionar que aún tiene una baja calificación en investigación colaborativa entre universidades y la industria, o en inversión extranjera en I+D. También flojea en exportación de servicios TIC, diseños industriales por origen y creativos y exportación de bienes.
Costa Rica ocupa la segunda posición en el ranking de innovación, gracias a una economía que evolucionó en los años 90 hacia la fabricación de microchips, empresas como Microsoft, Intel, Hewlet Pachard o Google se instalaron en el país gracias a su estabilidad política y al su alto nivel educacional, con una población bilingüe y educada. Posteriormente se ha dedicado a exportar servicios y tecnología avanzada. Todo esto unido a su ubicación geográfica y la buena conectividad con el resto de las economías latinoamericanas y Estados Unidos ha hecho que Costa Rica sea uno de los principales países innovadores de Latinoamérica.
Como contrapartida de esa rápida transformación ha dado lugar a una economía con grandes desigualdades sociales, con altas tasas de pobreza y desempleo y con trabajos precarios y mal remunerados.
México se ubica en el lugar nº 56 de los 126 países que mide el índice de innovación y destaca en la facilidad de obtener créditos, la manufactura técnica la importación y exportación de tecnológica así como en la exportación de productos creativos.
Algunos autores han destacado que “México no está diseñada para promover la innovación, debido a que no se educa para innovar. El sistema educativo, aseguran, está fundado en la obediencia y en la memoria y no en la imaginación y en la curiosidad.” Hay que dar prioridad a “elevar la calidad educativa, financiar universidades y centros de investigación, apoyar el capital de riesgo y promover el intercambio internacional.”